martes, 5 de febrero de 2008
Constancias
viernes, 18 de enero de 2008
Algunos recursos ortográficos
- Página de la Real Academia Española. A través de ella pueden disponer de algunos recursos interesantes: a) El Diccionario de la Academia, que es el mejor diccionario en nuestra lengua; b) El Diccionario panhispánico de dudas, que salió hace poco y es una excelente herramienta para resolver problemas frecuentes sobre palabras difíciles, frases poco utilizadas, etcétera; c) El CORDE, que es un recurso que sirve para conocer el significado de palabras utilizadas en otras épocas. Se trata de una base de datos que te muestra palabras o frases en distintos contextos de uso (por época, por zona geográfica, por género literaria)...; d) El Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, que guarda todos los viejos diccionarios de la Academia, desde el famoso Diccionario de autoridades; es útil para ver cómo la actitud hacia ciertas palabras ha variado a lo largo del tiempo.
- Pongo en lugar especial la Ortografía de la lengua española, que pueden leer desde la página de la Academia.
- Diccionario del español usual en México, dirigido por Luis Fernando Lara y publicado por El Colegio de México.
- Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Es un recurso imprescindible, que ha hecho accesibles montones de textos clásicos en ediciones excelentes.
- Wikilengua. Es un recurso aún en construcción, que quiere aplicar el método de trabajo de la Wikipedia a la enseñanza de la lengua española.
- Gramática de la lengua española destinada al uso de los americanos, de Andrés Bello. Más obras de Bello aquí.
- Manual de estilo de El País. Es un manual muy bueno, y se puede consultar gratis.
- Centro Virtual Cervantes. Es un recurso intersante, con materiales didácticos para la enseñanza del español y algunas excelentes ediciones críticas (entre ellas, la mejor que se ha hecho del Quijote). Para el interesado, la página también ofrece algunos cursos en línea.
Noticias
Un poema de Octavio Paz (coma)
Como quien oye llover
Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el asfalto relumbra, tú cruzas la calle,
es la niebla errante en la noche,
es la noche dormida en tu cama,
es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora mismo,
oyes los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni sitio,
oye la lluvia crecer por la terraza,
la noche ya es más noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,
vago jardín a la deriva
―entra, tu sombra cubre esta página
Octavio Paz, Obra poética (1935-1988), Barcelona, Seix Barral, 1990, pp. 748-749.
Un poema de Octavio Paz (dos puntos)
Hermandad
Homenaje a Claudio Ptolomeo
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin querer comprendo:
yo también soy escritura
y en ese mismo instante
alguien me deletrea.
Octavio Paz, Obra poética (1935-1988), Barcelona, Seix Barral, 1990, p. 681.
Algunos epigramas de Antonio Machado (punto y coma)
xxiii
No extrañéis, dulces amigos,
que esté mi frente arrugada;
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas.
xxviii
Todo hombre tiene dos
batallas que pelear:
en sueños lucha con Dios;
y despierto, con el mar.
xxix
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
xli
Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.
xliv
Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Antonio Machado, “Proverbios y cantares” en Campos de castilla, Madrid, El Mundo, 1999.
Un fragmento de El mono gramático (punto y coma)
[…] Volver a caminar, ir de nuevo al encuentro: el camino estrecho que sube y baja serpeando entre rocas renegridas y colinas adustas color camello; colgadas de las peñas, como si estuviesen a punto de desprenderse y caer sobre la cabeza del caminante, las casas blancas; el olor a pelambre trasudada y a excremento de vaca; el zumbar de la tarde; los gritos de los monos saltando entre las ramas de los árboles o corriendo por las azoteas o balanceándose en los barrotes de un balcón; en las alturas, los círculos de los pájaros y el humo azulenco de las cocinas; la luz casi rosada sorbe las piedras; el sabor de sal en los labios resecos; el rumor de la tierra suelta al desmoronarse bajo los pies; el polvo que se pega a la piel empapada de sudor, enrojece los ojos y no deja respirar; las imágenes, los recuerdos, las figuraciones fragmentarias ―todas esas sensaciones, visiones y semipensamientos que aparecen y desaparecen en el espacio de un parpadeo, mientras se camina al encuentro de… El camino también desaparece mientras lo pienso, mientras lo digo.
Fragmento de Octavio Paz, El mono gramático, 1; recogido en Obra poética (1935-1988), Barcelona, Seix Barral, 1990, pp. 509-510.
Cuatro fábulas de Augusto Monterroso (ejercicio de punto y coma)
Cómo acercarse a las fábulas
Con precaución, como a cualquier cosa pequeña. Pero sin miedo. Finalmente se descubrirá que ninguna fábula es dañina, excepto cuando alcanza a verse en ella alguna enseñanza. Esto es malo.
Si no fuera malo, el mundo se regiría por las fábulas de Esopo; pero en tal caso desaparecería todo lo que hace interesante el mundo, como los ricos, los prejuicios raciales, el color de la ropa interior y la guerra; y el mundo sería entonces muy aburrido, porque no habría heridos para las sillas de ruedas, ni pobres a quienes ayudar, ni negros para trabajar en los muelles, ni gente bonita para la revista Vogue.
Así, lo mejor es acercarse a las fábulas buscando de qué reír.
—Eso es. He ahí un libro de fábulas. Corre a comprarlo. No, mejor te lo regalo: verás, yo nunca me había reído tanto.
El espejo que no podía dormir
Había una vez un Espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie se veía en él se sentía de lo peor, como que no existía, y quizá tenía razón; pero los otros espejos se burlaban de él, y cuando por las noches los guardaban en el mismo cajón del tocador dormían a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupación del neurótico.
Dejar de ser mono
El espíritu de investigación no tiene límites. En los Estados Unidos y en Europa han descubierto a últimas fechas que existe una especie de monos hispanoamericanos capaces de expresarse por escrito, réplicas quizá del mono diligente que a fuerza de teclear una máquina termina por escribir de nuevo, azarosamente, los sonetos de Shakespeare. Tal cosa, como es natural, llena estas buenas gentes de asombro, y no falta quien traduzca nuestros libros, ni, mucho menos, ociosos que los compren, como antes compraban las cabecitas reducidas de los jíbaros. Hace más de cuatro siglos que fray Bartolomé de las Casas pudo convencer a los europeos de que éramos humanos y de que teníamos un alma porque nos reíamos; ahora quieren convencerse de lo mismo porque escribimos.
“Nulla dies sine linea”
—Envejezco mal —dijo; y se murió.
Augusto Monterroso, “Antología” en Centro virtual Cervantes, <http://cvc.cervantes.es/actcult/monterroso/antologia/>, última visita: 16/10/2008.
lunes, 14 de enero de 2008
domingo, 13 de enero de 2008
Bienvenida
rafa